Calle General Pizarro. Campo de Critpana |
No es lo antes expuesto lo único que me hace reflexionar sobre nuestras calles, pues considero muy interesante el asunto de los motivos para ponerles nombres, que pueden ser muy variados: orientación de la misma, geográficos o astronómicos, históricos, instituciones o edificios que hay o ha habido en ellas, personajes, religión, etc., etc. En parte, los nombres tienen que ver con los gustos políticos de quienes tienen el poder en uno u otro momento, lo que suele acarrear no pocos problemas, entre otras razones porque, frecuentemente, los gobernantes aquí y allá han sustituido unos nombres por otros en razón de sus preferencias – lo que ya de por sí puede ser objeto de discusión - en lugar de dedicarse a ubicar sus nombres predilectos en calles nuevas que van surgiendo con la expansión demográfica y urbanística de cada municipio.
Me fijaré hoy en concreto en una calle bien céntrica, la dedicada al General Pizarro. Hace tiempo su nombre era – otra vez la palabreja – ¡Travesía! de las Tiendas, dado que el primer tramo de la actual calle Murcia se denominaba calle de las Tiendas. En 1890 pasó a llamarse calle Luna, para acabar más adelante siendo la calle Castelar, nombre eliminado tras la Guerra Civil (1936-1939) para ponerle ese con el que hoy la conocemos. Mas, ¿quién fue el General Pizarro?
El general Manuel Pizarro Cenjor
|
Una calle de Teruel, la calle General Pizarro, llevó este nombre en su memoria desde los años cincuenta. Con motivo de la aprobación de la Ley de Memoria Histórica se cambió en 2009 su nombre por el de calle Portal de Valencia, en realidad una devolución del nombre pues era el que había tenido desde la época medieval.
Hablando de los nombres de nuestras calles, siempre he manifestado mi opinión al respecto señalando que soy partidario de que conserven sus nombres antiguos, nombres que suelen ser esclarecedores acerca de nuestra propia historia, de lo que podríamos poner muchos ejemplos; así, la actual calle de la Soledad en otros tiempos fue la calle del Hospital, por el hecho de que donde ahora está el Teatro Cervantes estuvo situado el Hospital de San Bartolomé, y también hubo alguna época en que se llamó calle de la Torre, debido a que exactamente frente a ella se levantaba la torre de la antigua iglesia parroquial, a diferencia de lo que hoy ocurre.
Igualmente opino que ninguna persona - por muchos méritos profesionales o de otra índole que acapare - que en su trayectoria político-social haya participado más o menos directamente en la configuración o asentamiento de un sistema dictatorial es merecedora de tener dedicada una calle, ya sea en Campo de Criptana o en cualquier otro núcleo urbano. Así pues, entiendo que a la calle General Pizarro de nuestro pueblo debería devolvérsele su nombre original. Ahora bien, teniendo en cuenta lo que he indicado acerca de las llamadas “travesías”, aquel nombre de Travesía de las Tiendas no es apropiado, después de todo hay muchas posibilidades entre las que elegir. Por cierto, ¿qué le parece al lector para dicha calle el nombre de Azorín, aquel escritor que en 1905, con ocasión de la celebración del Tercer Centenario de la publicación de la primera parte de El Quijote contribuyó a difundir por todo nuestro país a través de la prensa el nombre y las singulares esencias de Campo de Criptana y de sus gentes?
FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS
Me parece estupendo. pero siempre habrá un pero.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el nombre de Azorín. Sería un merecido homenaje a este escritor, buen conocedor de nuestro pueblo y, como dices, divulgador del mismo.
ResponderEliminaryo que creía, que ya no quedaban nombres de la dictadura y resulta que el tal Pizarro se les escapó. Por supuesto que lo quiten pero ya
ResponderEliminarPor cierto tengo dos curiosidades que me gustaría conocer una ¿Por qué ocupaban el Pósito la familia Honesta Manzaneque , y dos que historia tiene la cruz que hay en el pozo hondo? GRACIAS
ResponderEliminar